Gloria: 19

Gloria Primera parte - Capítulo XIX de Benito Pérez Galdós El náufrago Le asistieron con grande solicitud; le acostaron; vino D. Nicomedes, médico titular de Ficóbriga. -Golpes en la cabeza que no parecen tener gravedad -dijo-, y además un poco de asfixia. Ordenó algunos remedios caseros y que le dejasen reposar después. Hízose todo con tanta presteza como celo, y el enfermo después de pronunciar algunas palabras a media voz, reposó al parecer tranquilo. Salieron de la pieza un instante y cuando volvieron a entrar, el caballero (pues indudablemente era un caballero) sacado de las aguas, abrió los ojos, mirando a todos lados con viva curiosidad. -Tranquilícese usted -dijo D. Juan-. Está usted entre amigos, bien asistido, y no carecerá de nada. El lance ha sido terrible; pero gracias a Dios, usted y sus dignos compañeros están en salvo. El náufrago dijo algunas palabras en inglés. Miraba a un lado y otro, abriendo con gozo a la luz sus ojos azules y...

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