Galerna:2

Galerna Capítulo II de Joaquín Dicenta Entre todas las mozas que a la tarde bailan en la plaza, sobresale, por sus encantos, Mariuca. Sus cabellos rubios, anudados en moño puntiagudo sobre la cabeza, se rizan en la nuca y bajan a ondas por la frente; relucen las pecas como puntitos de oro encima de la blanca piel, que el aire marino requemó; acariciadores son sus ojos; beriñejos sus labios, entreabiertos por la sonrisa. A su cuello enróscanse los hilos de aljófar; una crucecilla de oro es tentación sobre las alturas del seno. Remárcase éste con virginal dureza contra el repretado corpiño, que baja por el talle breve para morir en las curvas del caderaje; desnudos a mitad van sus brazos, enguantados por los oros del sol; la percaleña falda descubre los arranques de unas piernas robustas; en airoso arco se dibujan los pies tras el zapatito de cuero. Gentil es la muchacha; de ademanes graciosos, de habla suelta y alegre. Ahora tócale repicar la pandera y cantar la...

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