Fragmentos del "Libro del buen amor":Cantiga de los clérigos de Talavera

Allá por Talavera, a principios de abril, llegadas son las cartas de Arzobispo don Gil, en las cuales venía un mandato no vil que, si a alguno agradó, pesó a más de dos mil. Este pobre Arcipreste, que traía el mandado, más lo hacía a disgusto, creo yo, que de grado. Mandó juntar Cabildo; de prisa fue juntado, ¡pensaron que traía otro mejor recado! Comenzó el Arcipreste a hablar y dijo así: -«Si a vosotros apena, también me pesa a mí. ¡Pobre viejo mezquino! ¡En qué envejecí, en ver lo que estoy viendo y en mirar lo que vi!» Llorando de sus ojos comenzó esta razón: Dijo: -«¡El Papa nos manda esta Constitución, oS lo he de decir, sea mi gusto o no, aunque por ello sufra de rabia el corazón.» Las cartas recibidas eran de esta manera; Que el cura o el casado, en toda Talavera, no mantenga manceba, casada ni soltera: el que la mantuviese, excomulgado era. Con aquestas razones que el mandato decía quedó muy quebrantada toda la clerecía; algunos de los...

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