Evans y el secreto del Minotauro

Un aficionado inglés

Arthur Evans había nacido en 1851; inglés por excelencia, su vida distaba mucho de la del autodidacta Schliemann. De familia con tradición al estudio, él se educó en Harrow, Oxford y Gotinga. Desde pequeño, y durante los veranos, hacía excursiones con su padre en busca de objetos de pedernal en Inglaterra o Francia, adquiriendo la afición de coleccionar, sobre todo monedas. Amante de los viajes en condiciones difíciles, tenía un carácter violento, pero una voluntad inquebrantable. A los veinte años, su principal interés se centraba en los Balcanes; su paisaje costero, su arquitectura y sobre todo la mezcla de culturas romana, bizantina, veneciana y musulmana, era lo que más le atraía. Los países escandinavos adonde viajó, no le impresionaron porque «no encontraba una civilización compleja ni un sentido del pasado histórico. En Laponia no había fantasmas...».

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