Estado civil - Tercera parte. Capítulo II

PEREGRINACIÓN A INGLATERRA Era grande, rubio. Los ojos azules, la piel blanca. Era de raza nórdica, la señora del mundo. Era recto, duro, con artimañas directas. Ingenuo, lleno de generosos egoísmo. Una mística secreta; en el fondo, el gusto por el poder. Tenía la ambición de emigrar a América o a Australia para reunirme con aquellos de nosotros que conocieron nuestra más alta prosperidad. Por lo demás, nunca he pensado en ir a Escandinavia donde nuestra raza, demasiado pura, se aniquila en la perfección. Hacía 1910 me embaucaba esta especie de mitología. Nietzsche, Gobineau: biblioteca de novelas de aventuras. Más tarde, por poco caigo en la otra trampa: el Mediterráneo. En fin, soy francés del norte del Loira. He sido otra cosa muy distinta. Vestía con el corte severo de los sastres ingleses. Prohibidos los colores limpios, crudos, como los del sur; sobre todo los matices atenuados por la niebla occidental. Soñaba con ser sencillo, claro. Llevaba el pelo a la...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información