España trágica : 6

España trágica : 6 de Benito Pérez Galdós Sin menoscabar el respeto que a su buen padrastro debía. Vicente se cuidaba poco de seguir su criterio para la elección de libros. Reanudó sus visitas al cuchitril aduana del amigo Durán, y anhelando nutrir su pensamiento con doctrinas fundamentales, recibió de manos del mercader importador las obras de Ahrens y de Spencer. Cargó luego con lo último de Proudhon y con La Democracia en América, de Tocqueville, libro que volvía locos a todos los políticos de aquel tiempo. En la librería, corriendo los últimos días de Febrero del 70, hizo conocimiento con Manuel de la Revilla y amistad con Eusebio Blasco. Vinieron días apacibles que Halconero aprovechó para su peregrinación al santo nicho de San Justo, que guardaba el Lucero de la tarde. Acompañábale Enrique Bravo en esta devoción de amor viudo, y del cementerio se corrían a...

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