España trágica : 21

España trágica : 21 de Benito Pérez Galdós Condolido del mal traer de Segismundo y admirado de su ingenio, Halconero volvió en su busca al siguiente día, convidándole a un buen almuerzo en casa de Botín (Cuchilleros). El generoso amigo no se contentaba con matarle el hambre atrasada: era su propósito repararle totalmente, vestirle, devolverle a la familia y a la sociedad, para que tan lucido talento no se anegara en los remolinos de la plebe. No se mostró el perdulario muy conforme con aquel plan. En más estimaba su libertad, según dijo, que todos los bienes del mundo, y más dichoso le hacía el vulgo bajo que los demás vulgos que componen el conglomerado social. Sin hacer caso de estos coqueteos filosóficos, Vicente seguía en sus trece. Por de pronto, y mientras requerían un sastre que vistiera al desnudo, el amigo remedió a este con su ropa decorosamente, cosa bien hacedera, pues ambos tenían...

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