España sin Rey : 23

España sin Rey : 23 de Benito Pérez Galdós Cuando a la dorada beldad se acercó el caballero, alzó ella del libro los ojos, y sin mostrar alegría ni pena, con fría tranquilidad, le hizo este saludo: «Ya contabas con encontrarme aquí. Buenos días, Juanillo loco». -Contaba encontrarte, sí; pero no pensé que trajeras por delante al amigo San Agustín, que sin duda es el culpable del plantón que me diste anoche. -San Agustín, no, ¡pobrecito! Échame a mí la culpa. ¿De veras te ha dolido el plantón? Me alegro mucho. Juan... ¿Para qué estamos en este mundo más que para sufrir?... Reconoce, amigo mío, que mis desgracias, esta humillación en que vivo, me dan derecho a mortificar. -Pero a mí no. -Mortifico a los que me quieren, Juan. Así me querrán más. Esto decía con frialdad lacerante, que al caballero confundía, dándole impresión...

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