Entre naranjos : 2-03

Entre naranjos de Vicente Blasco Ibáñez Segunda ParteIII –Temprano nos vemos hoy. Buenos días, Rafaelito... Madrugo por ver el mercado. De niña era para mí un acontecimiento la llegada del miércoles. ¡Cuánta gente!... Y Leonora, olvidada ya de las aglomeraciones de las grandes ciudades, se admiraba ante la confusión de gente que se agitaba en la plaza llamada del Prado, donde todos los miércoles se verificaba el gran mercado de distrito. Llegaban los labradores, con la faja abultada por los cartuchos de dinero, a comprar lo que necesitaban para toda la semana en su desierto rodeado de naranjos; iban de un puesto a otro las hortelanas, elegantes y esbeltas cual campesinas de opereta, peinadas como señoritas, con faldas de batista clara que, al recogerse, dejaban al descubierto las medias finas y los zapatos ajustados. El rostro tostado y las manos duras era lo único que delataba la rusticidad de aquellas...

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