Entre naranjos : 2-01

Entre naranjos de Vicente Blasco Ibáñez Segunda ParteI En la plazoleta que formaban frente a la casa azul los altos y tupidos rosales, erguíanse cuatro palmeras que, abandonadas muchos años, dejaban colgar las secas ramas como miembros muertos debajo de las palmas nuevas, arrogantes y rumorosas. Hundidos en el follaje de los rosales, a la entrada de la plazoleta, había dos bancos antiguos de mampostería, blanqueados con cal, con el asiento y el respaldo de viejos azulejos valencianos de una trasparencia aterciopelada, en la que resaltaban los floreados arabescos, los caprichos multicolores de una fabricación heredada de los árabes. Eran bancos con la elegancia de líneas de un sofá del pasado siglo, frescos y de saludable dureza, en los que gustaba sentarse Leonora por las tardes, cuando las palmeras extendían su sombra en la plazoleta. En uno de ellos leía la sencilla doña Pepita la historia del santo del...

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