Entre naranjos : 1-03

Entre naranjos de Vicente Blasco Ibáñez Primera ParteIII Cuando doña Bernarda se vió sola y dueña absoluta de su casa, no pudo ocultar su satisfacción. Ahora se vería de lo que era capaz una mujer. Contaba con el consejo y experiencia de don Andrés, más unido a ella que nunca, y con la figura de Rafael, el joven abogado sostenedor del nombre de los Brull. El prestigio de la familia seguía inalterable. Don Andrés, que con la muerte de su patrón había adquirido en la casa una autoridad de segundo padre, se encargaba de mantener las relaciones con las autoridades de la capital y los señorones de Madrid. En la casa se atendían lo mismo las peticiones: encontraban igual acogida los partidarios fieles y se hacían idénticos favores, sin que desmayara la influencia en los lugares que don Andrés llamaba las esferas de la Administración pública. Llegó una elección de...

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