Entre naranjos : 1-01

Entre naranjos de Vicente Blasco Ibáñez Primera ParteI –Los amigos te esperan en el Casino. Sólo te han visto un momento esta mañana; querrán oírte: que les cuentes algo de Madrid. Y doña Bernarda fijaba en el joven diputado una mirada profunda y escudriñadora de madre severa, que recordaba a Rafael sus inquietudes de la niñez. –¿Vas directamente al Casino?... –añadió–. Ahora mismo irá Andrés. Saludó Rafael a su madre y a don Andrés, que aún quedaban a la mesa saboreando el café, y salió del comedor. Al verse en la ancha escalera de mármol rojo, envuelto en el silencio de aquel caserón vetusto y señorial, experimentó el bienestar voluptuoso del que entra en un baño tras un penoso viaje. Después de su llegada, del ruidoso recibimiento en la estación, de los vítores y música hasta ensordecer, apretones de mano aquí, empellones allá y una continua presión de más de mil cuerpos que se arremolinaban en las calles de Alcira...

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