En la sangre:XLII

En la sangre - Capítulo XLII de Eugenio Cambaceres Recibió Máxima, días después, la visita de un hermano de su padre. Deseaba verla, hablarle en reserva de algo serio que había llegado a su noticia y que, en su carácter de tío y dado el cariño que le profesaba, creía de su deber no dejar pasar en silencio... porque, en fin, era mujer ella, una mujer joven, una niña sin experiencia y no siempre podía hallarse por lo mismo en situación de apreciar bien, de pesar con madurez las consecuencias de sus actos en la vida. Se trataba de su marido. Un amigo, miembro del Directorio del Banco, habíasele acercado y lo había impuesto a él de los asuntos de Genaro. Debía éste en plaza fuertes cantidades de dinero; era de pública voz que, habiéndose lanzado en las pasadas especulaciones de tierras, la crisis producida le ocasionaba pérdidas enormes, se hablaba de él, del mal estado de sus negocios, de su crítica y precaria posición, como de una cosa notoria, sabida y...

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