En la sangre:VII

En la sangre - Capítulo VII de Eugenio Cambaceres Fue de un arreglo sencillo la sucesión del tachero; dejaba en perfecta regla sus asuntos, no había "fiados", no había deudas; trescientos noventa mil pesos depositados en el Banco de la Provincia, más un valor de treinta mil en existencias, formaban el activo de la herencia, y fácilmente, habiéndose presentado un comprador para estas últimas, un compatriota del muerto, quien pagó todo a tasación y se hizo cargo del negocio, al cabo de pocos meses, dueña de la mitad de gananciales y tutora de su hijo, viose la viuda en posesión de una pequeña fortuna: cuatrocientos mil pesos más o menos, deducción hecha de los gastos judiciales. Empleó trescientos mil en títulos de fondos públicos. Una casita se vendía, calle de Chile afuera, entre San José y Zeballos, "tres piezas, cocina, pozo y demás comodidades". La hizo suya y la ocupó poco después, se instaló en ella con su hijo, contenta, satisfecha, no obstante los...

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