En la sangre:VI

En la sangre - Capítulo VI de Eugenio Cambaceres Dos días después de haber tenido lugar la fúnebre ceremonia, un agente de negocios judiciales, vecino de la parroquia, golpeaba en casa del muerto. Iba a ver a la viuda, a visitarla y a presentarle su pésame por la desgracia que ésta había sufrido. Poco a poco, en el curso de la conversación, insinuóle la conveniencia de un pronto y oportuno arreglo de sus negocios, la necesidad en que se hallaba de proceder a la liquidación de la testamentaría de su esposo. El mismo concluyó por ofrecerse indicándole a la vez un abogado conocido suyo, persona muy decente, muy capaz y muy honrada, quien se haría cargo gustoso de la dirección del asunto. Bien sabía ella que no en cualquiera podía uno fiarse en el "día de hoy". ¡Estaba tan de una vez degradada la profesión, y a los pobres sobre todo, los estiraban de un modo cuando tenían la desgracia de caer mal!... En abogados, procuradores, escribanos y demás historias,...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información