En la carrera: 15

Capítulo VI 15 Pág. 15 de 21 En la carrera- Segunda parte Felipe Trigo Notábase Antonia un ambiente de extrañeza alrededor. De sus más íntimas amigas, unas, como Gloria, no la visitaban, y otras, como Paca Prida, Charo, y Jacinta y Sagrario Fajarnés, la visitaban poco. Solía sorprenderlas contemplándola de un modo raro, entre curioso y piadoso, y oíales a ellas y a sus madres preguntarle con ciertas reticencias por Esteban. Sin embargo, todas la seguían acogiendo afablemente en los comercios de la calle de San Juan ¿Sabían algo?... ¡Oh, sí sabían algo! Acabó por darle miedo la gente y apenas salía de casa. Esperaba, con las dudas de su angustia puestas en Esteban. Había una viejecita a quien ella, desde chica, le vendía las pieles de liebre y de conejo, socorriéndola también con sobras de comida, y confiaba en que le pudiera servir para entablar correspondencia. Las cartas de Madrid vendrían a su nombre. No había vuelto la viejecita desde casi...

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