En la carrera: 11

Capítulo II 11 Pág. 11 de 21 En la carrera- Segunda parte Felipe Trigo Se quitó del chaleco una pelusa, y salió. Salía, después de tres horas de siesta, como de un nido, como de una mansión de paz aforrada de blanduras y de orden. Había llegado a las once. En la estación, esperándole, su madre y sus hermanas y Ramón. Gozó en sus brazos las calmas del cariño. La casa le pareció muy grande y limpia. Le chocó no ver por parte alguna muebles cojos, ni manchas, ni alfombras sucias y raídas, y sí, en cambio, monadas y adornitos de esos con que las mujeres cuidadosas llenan las paredes. Se bañó en la tina de cinc de cuarto alegre, purificándose de vicios y miserias, y almorzaron luego en clarísima vajilla sobre mantel adamascado y con cubiertos de plata cuyo peso le chocó, cual si estas sensaciones de comodidad las recibiese por vez primera el estudiante que habría nacido y vivido siempre en y para el inmundo comedor de doña Rosa... Últimamente se...

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