Elegía a uno mismo

La edad se ha vuelto una enfermedad venéreay casi casi cobardía: años de añosdesperdiciados en durar, mucho tiempo bocabajosobre la duda, ya gastados los dientespor los besos y hablar tanto, en los ojosun asno de frecuente alcohol. De pronto encuentrasque para el último episodio, el únicode este western salvaje y electrónicoen que van a ganar por fin los pielesrojas,no basta la feroz dignidad de tus testículossi no estás con todos tus resortes vivosy no te basta, como antes o a los otros,ir recogiendo firmas con tu profecía ni el cobardeheroísmo de los solitarios en viciosassesiones de principios, ni te consueladecirle al corazón que al fin y al cabote protesta: Ve tú, músculo voluntario,vestido de hojarasca, sería broma lo demás:dirían que me envía el enemigo. Y te quedas,anacrónico e hijo de vecino,carajeando a James Bond en tu sillón de ruedas,con tu hígado malo y tu aspirinaconyugal inútil, y tu decorotiene un dolor de cabezarespetable, urbano,...

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