El Zarco:Capítulo VIII
El ZarcoCapítulo VIII: Quién era el Zarco
de Ignacio Manuel Altamirano
Entre tanto, y a la sazón que Manuela examinaba sus nuevas alhajas, el Zarco, después de haber dejado las orillas de Yautepec, y de haber atravesado el río con la misma precaución que había tenido al llegar, se dirigió por el amplio camino de la hacienda de Atlihuayan al montañoso por donde había descendido y que conducía a Xochimancas. Era la medianoche, y la luna envolviéndose en espesos nubarrones, dejaba envuelta la tierra en sombras. La calzada de Atlihuayan estaba completamente solitaria, y los árboles que la flanquean por uno y otro lado, proyectaban una oscuridad siniestra y lúgubre, que hacían más densa los fugaces y pálidos arabescos que producían los cocuyos y las luciérnagas.
El bandido, conocedor de aquellos lugares, acostumbrado como todos los hombres de su clase, a ver un poco en la oscuridad, y más que todo, fiado en la sensibilidad exquisita de su caballo, que al menor...
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