El tulipán negro: Capítulo XIV
El tulipán negro
Capítulo XIV: Los palomos de Dordrecht
de Alejandro Dumas
Constituía ya ciertamente un gran honor para Cornelius van Baerle el ser encerrado justamente en aquella misma prisión que había recibido al sabio Grotius.
Pero una vez llegado a la prisión, le esperaba un honor mucho más grande. Ocurrió que la celda ocupada por el ilustre amigo de Barneveldt estaba vacante en Loevestein cuando la clemencia del príncipe Guillermo de Orange envió allí al tulipanero Cornelius van Baerle.
Esa celda tenía realmente una mala reputación en el castillo desde que, gracias a la imaginación de su mujer, Grotius había huido en el famoso baúl de libros que se habían olvidado de registrar. Por otro lado, el que le dieran aquella celda por alojamiento, le pareció de muy buen augurio a Van Baerle, porque nunca, según su punto de vista, un carcelero hubiera debido hacer habitar a un segundo palomo la jaula de donde un primero había volado tan fácilmente.
La celda...
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