El sombrero de tres picos: 33

XXXIII: Pues ¿y tú? 33 Pág. 33 de 36 El sombrero de tres picos none El tío Lucas fue el primero que salió a flote en aquel mar de lágrimas. Era que empezaba a acordarse otra vez de lo que había visto por el ojo de la llave. -¡Señores, vamos a cuentas!... -dijo de pronto. -No hay cuentas que valgan, tío Lucas -exclamó la Corregidora-. ¡Su mujer de V. es una bendita! -Bien..., sí...; pero... -¡Nada de pero!... Déjela V. hablar, y verá cómo se justifica. Desde que la vi, me dio el corazón que era una santa, a pesar de todo lo que V. me había contado. -¡Bueno; que hable!... -dijo el tío Lucas. -¡Yo no hablo! -contestó la Molinera-. ¡El que tiene que hablar eres tú!... Porque la verdad es que tú... Y la señá Frasquita no dijo más, por impedírselo el invencible respeto que le inspiraba la Corregidora. -Pues ¿y tú? -respondió el tío Lucas, perdiendo de nuevo toda fe. -Ahora no se trata de ella... -gritó el Corregidor, tornando también a...

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