El sombrero de tres picos: 15

XV: Despedida en prosa 15 Pág. 15 de 36 El sombrero de tres picos none Serían las nueve de aquella misma noche, cuando el tío Lucas y la señá Frasquita, terminadas todas las haciendas del molino y de la casa, se cenaron una fuente de ensalada de escarola, una libreja de carne guisada con tomate, y algunas uvas de las que quedaban en la consabida cesta; todo ello rociado con un poco de vino y con grandes risotadas a costa del Corregidor: después de lo cual miráronse afablemente los dos esposos, como muy contentos de Dios y de sí mismos, y se dijeron, entre un par de bostezos que revelaban toda la paz y tranquilidad de sus corazones: -Pues, señor, vamos a acostarnos, y mañana será otro día. En aquel momento sonaron dos fuertes y ejecutivos golpes aplicados a la puerta grande del molino. El marido y la mujer se miraron sobresaltados. Era la primera vez que oían llamar a su puerta a semejante hora. -Voy a ver... -dijo la intrépida navarra, encaminándose...

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