El sombrero de tres picos: 10

X: Desde la parra 10 Pág. 10 de 36 El sombrero de tres picos none Mientras así discurrían los labriegos que saludaban al señor Corregidor, la señá Frasquita regaba y barría cuidadosamente la plazoletilla empedrada que servía de atrio o compás al molino, y colocaba media docena de sillas debajo de lo más espeso del emparrado, en el cual estaba subido el tío Lucas, cortando los mejores racimos y arreglándolos artísticamente en una cesta. -¡Pues sí, Frasquita! -decía el tío Lucas desde lo alto de la parra-: el señor Corregidor está enamorado de ti de muy mala manera... -Ya te lo dije yo hace tiempo -contestó la mujer del Norte- ...Pero ¡déjalo que pene! ¡Cuidado, Lucas, no te vayas a caer! -Descuida: estoy bien agarrado... También le gustas mucho al señor... -¡Mira! ¡No me des más noticias! -interrumpió ella-. ¡Demasiado sé yo a quién le gusto y a quién no le gusto! ¡Ojalá supiera del mismo modo por qué no te gusto a ti! -¡Toma!...

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