El sombrero de tres picos: 09

IX: ¡Arre, burra! 09 Pág. 09 de 36 El sombrero de tres picos none Por dondequiera que pasaban el personaje y su apéndice, los labradores dejaban sus faenas y se descubrían hasta los pies, con más miedo que respeto; después de lo cual decían en voz baja: -¡Temprano va esta tarde el señor Corregidor a ver a la señá Frasquita! -¡Temprano... y solo! -añadían algunos, acostumbrados a verlo siempre dar aquel paseo en compañía de otras varias personas. -Oye, tú, Manuel: ¿por qué irá solo esta tarde el señor Corregidor a ver a la navarra? -le preguntó una lugareña a su marido, el cual la llevaba a grupas en la bestia. Y, al mismo tiempo que la pregunta, le hizo cosquillas por vía del retintín. -¡No seas mal pensada, Josefa! -exclamó el buen hombre-. La señá Frasquita es incapaz... -No digo lo contrario... Pero el Corregidor no es por eso incapaz de estar enamorado de ella... Yo he oído decir que, de todos los que van a las francachelas del...

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