El Señor de Bembibre:24

El Señor de Bembibre Capítulo XXIV de Enrique Gil y Carrasco Las diferencias del rey con don Juan Núñez de Lara se compusieron por fin, más a placer de aquel orgulloso rico hombre que a medida del decoro real, porque el poder de don Fernando, quebrantado con lo largo del sitio de Tordehumos y enflaquecido además con la defección de varios señores y la retirada de otros, no era bastante ya a postrar aquel soberbio vasallo. Asentáronse, pues, las condiciones y tratos dictados por la ocasión, volvió don Juan de Lara a isla mayordomazgo, conservó a Moya y Cañete y demás pueblos que tenía, y el rey hubo de restituirle su gracia. ¡Notable mengua la de la corona!, pero que, sin embargo, no dejaba de tener sus ventajas, porque además de ser prudente transigir con la necesidad, al cabo le quedaban al rey las manos sueltas y desembarazado el ánimo para dar cima al negocio de los templarios que, según se veía, no podía allanarse sino por la fuerza de las armas. Sin...

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