El Señor de Bembibre:06

El Señor de Bembibre Capítulo VI de Enrique Gil y Carrasco La escena que acabamos de describir causó mucho desasosiego en el ánimo del señor de Arganza, porque harto claro veía ahora cuán hondas raíces había echado en el ánimo de su hija aquella malhadada pasión que así trastornaba todos sus planes de engrandecimiento. Poco acostumbrado a la contradicción, y mucho menos de parte de aquella hija, dechado hasta entonces de sumisión y, respeto, su orgullo se irritó sobremanera, si bien en el fondo, y como a despecho suyo, parecía a veces alegrarse de encontrar en una persona que tan de cerca le tocaba aquel valor noble y sereno y aquella elevación de sentimientos. Sin embargo, atento antes que todo a conservar ilesa su autoridad paternal, resolvió al cabo de dos días llevar a doña Beatriz al convento de Villabuena, donde esperaba que el recogimiento del lugar, el ejemplo vivo de obediencia que a cada paso presenciaría, y sobre todo el ejemplo de su piadosa...

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