El saludo de las brujas: 24

El saludo de las brujas Segunda parte - Capítulo XII de Emilia Pardo Bazán Emigra la golondrina Como una fatalidad, impúsose a Felipe la precisión de dejar cuanto antes la Ercolani, de desatar el nudo de la convivencia. Y, al advertir en sí este impulso que parecía -como dirían los antiguos- obra de un numen, Felipe notaba a la vez una especie de ardor triste y malsano por la mujer a quien se disponía a abandonar. Si los arrebatados transportes, si ciertas vehemencias furiosas probasen algo más que la eterna contradicción que reside en el corazón del hombre, Rosario pudo creer, en aquellas últimas horas, que había reaparecido, llena y radiante, la luna de miel. Renováronse los paseos al bosque después de almorzar; a las horas de la siesta, el templete y el bosquecillo acogieron otra vez el grupo inseparable de los primeros días, y de noche, la falúa recibió en sus pilas de almohadones el cuerpo del enamorado, rendido al peso de la felicidad y recostando la...

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