El saludo de las brujas: 23

El saludo de las brujas Segunda parte - Capítulo XI de Emilia Pardo Bazán Más recelos De las virtudes requeridas para el papel que iba a desempeñar, tenía Felipe, en grado más eminente, el valor; y, sin embargo, las indicaciones de Nakusi le hicieron sentir ese primer escalofrío inevitable, que causa hasta en el hombre más entero el peligro vago y sin forma, imposible de prever, y, por consiguiente, de evitar. La impresión fue rápida; la duración del escalofrío, corta y sin influencia depresiva. Con un desdén que tenía líneas de belleza olímpica y majestuosa, Felipe resolvió conjurar el fantasma del miedo, que se alza sangriento y lívido ante las testas coronadas. Para contribuir a disipar esa preocupación de un orden inferior, aunque tan humano, tenía Felipe otra muy honda y persistente: Rosario y su suerte. A medida que se acercaba el día de romper aquel lazo, más apretado de lo que sospechaba él mismo, el alma de Felipe se sentía invadida de sorda...

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