El saludo de las brujas: 17

El saludo de las brujas Segunda parte - Capítulo V de Emilia Pardo Bazán Acompañados Al otro día -a la hora en que Rosario notaba en el espejo, sobre la seda fina de sus párpados morenos, la huella de aquella lágrima devoradora que Felipe no había intentado enjugar- entró la doncella trayendo el cesto lleno de rosas, entre las cuales acostumbraba el ama elegir la que era más de su agrado, para prenderla, con largo imperdible de perlas, entre los encajes de su traje de mañana; y al bajar el canastillo, del cual se exhalaba delicada esencia, dijo recelosamente: -Señora... Hay visita. -¿Visita? ¿Quién? -preguntaba Rosario, con un sobresalto natural. ¡Era tan extraño tener visita en Ercolani! Habían transcurrido tres o cuatro meses sin ver a nadie absolutamente... -El señor de Miraya. Acaba de llegar. Está paseándose por las terrazas con el señor. Rosario calló, pero se vio en el espejo pálida como un reo sentenciado. Tener visita era ya cortar la cadena,...

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