El saludo de las brujas: 04

El saludo de las brujas Primera parte - Capítulo III de Emilia Pardo Bazán Gregorio Yalomitsa Felipe María, al verse solo, rompió a pasear agitadamente por el estrecho ámbito de la sala, fijando de tiempo en tiempo los ojos en el retrato de su madre. Después se detuvo ante la chimenea, y tendió las manos a la llama que moría en los troncos desmoronados. Una voz mesurada anunció que estaba servido el almuerzo. Recordó: no tenía apetito, aunque debía de pasar bastante de la hora acostumbrada. Al punto en que se sentaba a la mesa y destapaba el bol de plata que contenía el consumado, inclinose hacia su amo el servidor, y dijo, en ese acento que lleva sordina, el tono del respeto exagerado de la domesticidad contemporánea. -¿Deberé dar al señor en lo sucesivo su tratamiento de Alteza?... Felipe se turbó. Parecía que el ayuda de cámara había leído en su pensamiento. Precisamente estaba rumiando el efecto singular que produce oírse llamar Alteza por más de...

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