El sabor de la tierruca: 02

El sabor de la tierruca-II: A modo de sinfonía de José María de Pereda Comenzaba el mes de octubre; parecía el fresco retoño de la vega tapiz de terciopelo, y las ya amarillas panojas se oreaban en los maíces despuntados, dentro de la seca envoltura, que chasqueaba y crujía, como estrujado papel, al secar sobre ella el calor del sol el rocío de la noche. Andaba rayano el mediodía; inmóvil estaba el follaje mustio, mal adherido a las ramas; podían contarse los árboles en el monte, por lo cercanos que los fingía la vista, y el ciclo, como barrido de nubes en lo alto, las tenía amontonadas hacia el horizonte, revueltas las blancas con las negras, las nacaradas y las rojas. Las témporas de San Mateo habían quedado de sur; y según el almanaque montañés, así debía seguir el tiempo hasta las de Navidad; lo cual vendría de perlas para secar el maíz y las castañas, y asegurar una excelente pación a los ganados al derrotarse las mieses. Y el pronóstico se iba...

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