El pozo del Yocci: 17

El pozo del Yocci XVI - La voz de la conciencia de Juana Manuela Gorriti Poco tiempo después, uno de los dos colosos que pesaban sobre la parte meridional de la América latina cayó en Ancasch, y la paz con Bolivia se restableció. Aguilar, encadenado a pesar suyo a la vida y a la inacción, encontró intolerable la vista de los sitios, testigos de su crimen, y huyendo de Salta, refugiose en el seno tumultuoso de la Metrópoli. Muy luego, convertido en sede de Rosas, y capitaneando la Mazorca, espantó a Buenos Aires con la crueldad de sus hechos. Pero la sangre del asesinato, como la sangre del combate, no podía embriagarlo; y sobre los horrores del presente flotaba siempre el recuerdo del pasado, fatal, imborrable, eterno. Desesperado, procurando escapar al delirio de la locura que comenzaba a invadirlo, Aguilar se arrojó en el seno del vicio. Repartió su vida entre el juego, el vino y las mujeres; llamó a las puertas de la orgía; hizo pacto con el escándalo, y...

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