El pesimista corregido: 17

 17 Pág. 17 de 31 El pesimista corregido Santiago Ramón y Cajal Faltaban asimismo, conforme es de presumir, esos efectos inesperados de vigor y entonación logrados por los buenos coloristas, manchando valientemente las cabezas con rayas de verde, morado y aun naranja, que la retina del observador, puesta a la debida distancia, debe fundir y armonizar. Sin embargo, nuestro desorientado visitante habría conseguido recibir de los cuadros una impresión estética normal, pero a condición de alejar suficientemente su punto de vista. Por desgracia, las salas del Museo resultaban harto pequeñas para ello, ni era cosa de exigir del Estado, para comodidad exclusiva de tan estrafalario parroquiano, la construcción de un local de dos kilómetros en cuadro. Del conjunto de sus percepciones plásticas y observaciones anatómicas dedujo Juan que el arte resiste menos al análisis que la Naturaleza, toda vez que ésta nos brinda, allí donde la retina agota su poder,...

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