El pesimista corregido: 05

 05 Pág. 05 de 31 El pesimista corregido Santiago Ramón y Cajal Quienquiera que seas, Motor del universo, Genio implacable, Principio inaccesible, Naturaleza impasible, dime: ¿por qué has creado los enemigos de la vida, las insidiosas y crueles bacterias patógenas? ¿Qué falta hacían en la economía del mundo? Admito que un Alejandro endiosado y tirano fuera en lo más esplendoroso de su gloria derribado por el Plasmodium malafix; comprendo que Napoleón, el furioso degollador de hombres y debelador de pueblos, cayera en Santa Elena con el estómago corroído por los gérmenes aun ignorados del cáncer; me explico que Hegel, el prodigioso sofista que paralizó con la toxina de la Idea el análisis filosófico positivo iniciado por Kant, sucumbiera envenenado por el bacilo vírgula del cólera; paso, en fin, por que el destino de las naciones y la suerte de la civilización misma estén a merced de la picadura de un mosquito o del azaroso vuelo de un esporo;...

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