El pasaporte amarillo: 06

Capítulo VI 06 Pág. 06 de 10 El pasaporte amarillo Joaquín Dicenta -¿Qué tiene usted -preguntó a Débora Miguel, cuando por la noche se reunieron como de costumbre en la fonda-. Está usted lívida; en sus ojos hay seriales de llanto. ¿Ha recibido nuevas desagradables? ¿Por acaso- las cejas de Miguel se fruncieron- tuvo alguien la audacia cobarde de ofenderla? -Nada tengo, Miguel: fatiga, exceso de trabajo quizás. No se preocupe por mí. -¿Por quién si no? Sabe usted de sobra que todas mis dichas presentes y futuras se cifran en usted. -Y en el afecto de usted mi mayor esperanza. -¿De veras? -De veras. -En tal caso, vuelva a mi alma la paz. Hoy más que nunca hubiera sentido ver en usted asomos de disgusto. -¿Por qué? -Porque hoy he recibido una gran alegría. Mi hermano mayor, a quien usted por mis referencias conoce, ha fondeado en nuestro puerto. Su buque no saldrá hasta fin de semana, y mi hermano, sabedor por mí de lo que usted para mí...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información