El papel administrador del funcionario
El funcionario auténtico – y esto es decisivo para juzgar nuestro régimen anterior – por su profesión específica no debe hacer política sino “administrar”, sobre todo de un modo imparcial, es decir: de un modo a-partidario. Esto es válido incluso para el llamado funcionario administrativo “político”, al menos de modo oficial, siempre que no se encuentre amenazada la “razón de Estado”, esto es: los intereses vitales del orden imperante. El funcionario auténtico debe desempeñar su cargo sine ira et studio, “sin ira y sin prejuicio”. Lo que no debe hacer es justamente lo que el político, tanto el líder como sus seguidores, deben hacer siempre y necesariamente: luchar. Porque el tomar partido, la lucha, la pasión – la ira et studium – son el ámbito del político. Sobre todo, del líder político. La actividad de él se desarrolla bajo un principio justamente contrario al de la responsabilidad que rige la actividad del funcionario.
El honor del...
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