El licenciado Vidriera: 08

 08 Pág. 08 de 20 El licenciado Vidriera none Preguntóle uno que qué consejo o consuelo daría a un amigo suyo que estaba muy triste porque su mujer se le había ido con otro. A lo cual respondió: -Dile que dé gracias a Dios por haber permitido le llevasen de casa a su enemigo. -Luego, ¿no irá a buscarla? -dijo el otro. -¡Ni por pienso! -replicó Vidriera-; porque sería el hallarla hallar un perpetuo y verdadero testigo de su deshonra. -Ya que eso sea así -dijo el mismo-, ¿qué haré yo para tener paz con mi mujer? Respondióle: -Dale lo que hubiere menester; déjala que mande a todos los de su casa, pero no sufras que ella te mande a ti. Díjole un muchacho: -Señor licenciado Vidriera, yo me quiero desgarrar de mi padre porque me azota muchas veces. Y respondióle: -Advierte, niño, que los azotes que los padres dan a los hijos honran, y los del verdugo afrentan. Estando a la puerta de una iglesia, vio que entraba en ella un labrador de los que siempre...

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