El libro de lo grotesco

El escritor, un anciano de bigote blanco, tenía dificultad para meterse en la cama. Las ventanas de la casa donde vivía eran altas y, al despertarse por la mañana, quería mirar los árboles, por lo cual vino un carpintero a arreglar la cama para que quedara al mismo nivel de la ventana. El suceso produjo gran alboroto. El carpintero, un soldado de la Guerra Civil, entró a la habitación del autor y se sentó para hablar sobre la construcción de una plataforma que elevara la cama. Al ver cigarros regados por todos lados el carpintero empezó a fumar. Durante largo rato los dos individuos hablaron de subir la cama y otras cosas. El soldado comenzó a hablar de la guerra; de hecho el novelista lo encaminó hacia ese tema. El carpintero había estado preso en Andersonville y su hermano había muerto de inanición; cada vez que se recordaba el asunto el carpintero lloraba. Al igual que el escritor, tenía bigote blanco y al sollozar fruncía los labios de manera que el bigote subía...

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