El lazarillo del cíclope

El lazarillo del cíclope de Mauricio Bacarisse   ¡Can sumiso y acólito, como el can de Durero;  lazarillo cuadrúpedo, junto al Diablo y a la Muerte  conduciendo leal y fuerte  al Hombre en su sendero...!  ¡Can sumiso y acólito, como el can de Durero!   Y este ciego mendigo de rostro rasurado  de procónsul de Roma, de trapense o de chalán,  sigue a su guía y guardián  porque Dios le ha cavado  dos profundos alvéolos en su rostro afeitado.   ¡Este ibero de bronce golpeaba los yunques!  Ordeñaba los fuegos de bigornias siderúrgicas;  pero dos chispas quirúrgicas  aquietaron las mazas demiúrgicas  abrasando las córneas que alumbraban los yunques.   Cuando se nos extingue la vida cinemática,  el mundo es ya peor...  ¡Insultan los fariseos  y faltan los cirineos!  En la noche antipática...

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