El jazz

Las bandas de Storyville

La música jazz había nacido pocos años antes, con los albores del siglo, en la ciudad de Nueva Orleans, Estado de Louisiana. Su nacimiento resulta adecuadamente picaresco por el hecho concreto que lo ocasionó: la determinación tomada por las autoridades de acotar la zona que podríamos denominar «de vicio tolerado» al distrito de Storyville. Al amparo de esta decisión, en Storyville florecen locales de entretenimiento que sería injusto, o cuando menos parcial, calificar de casas de prostitución, pues ésta es sólo uno de los servicios que allí se ofrecen: aquellas casas son también hoteles, salas de reunión donde se ultiman negocios importantes, restaurantes, salones de juego, etc. Son casas que, además, rebosan de música: las menores tienen un pianista; las más importantes, orquestas enteras. La competencia entre los músicos reproduce, a escala, la que existe entre los locales donde actúan. Es normal que, al terminar sus sesiones, las bandas salgan a la calle a competir con sus rivales de otros establecimientos. Todos están al tanto para captar lo último que traen los músicos recién llegados, desde el cantante de blues que entona su melodía en la calle hasta el intérprete formado en conservatorios que aporta toda la sofisticación de la tradición europea. Todavía no existe el aire acondicionado, y Storyville se llena de ecos contrapuestos a través de las ventanas abiertas. Están también los entierros, en los que las bandas acompañan al cortejo para luego regresar tocando por las calles aires bailables que sirvan para ahuyentar las penas...

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