El Grande Oriente : 20

El Grande Oriente : 20 de Benito Pérez Galdós En lo restante de la noche oíase por aquellos barrios el aullido de la Orden de Padilla, suelta por las calles. El himno, el lairón, cántico que por aquellos días había sustituido al feroz trágala, sonaba de calle en calle, como el ronquido de vinoso trasnochador. Íbanse perdiendo en el silencio de la noche, a medida que los grupos desaparecían, entrando en las tabernas, botillerías y cafés patrióticos. En uno de estos se vio que a deshora penetraba el Sr. Regato, acompañado de Pelumbres, Pujitos, dos de los jóvenes que pronunciaron discursos aquella noche, Salvador Monsalud y otros. Cenaron alegremente, sin dejar de la boca los negocios políticos, y sus proyectos eran atrevidos y grandiosos como las concepciones del genio. El Sr. Regato, no sólo pagó todo el gasto, sino que ofreció dinero a los más necesitados, los cuales no tuvieron...

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