El Grande Oriente : 15

El Grande Oriente : 15 de Benito Pérez Galdós Monsalud se ocupó durante gran parte del día en diversos asuntos que no podía abandonar, por muy perturbado que su ánimo estuviese. Cuando fue a su casa, mucho más temprano que de costumbre, Solita con toda la inocencia de su alma, le dijo estas palabras: -Hermano, hoy sí que te ha soltado pronto tu novia. La muchacha se quedó muda de asombro y terror al ver que la broma no era recibida, como de costumbre, con simpatía y buen humor. El semblante de su hermano indicaba una agitación extrema, y sus labios descoloridos articulaban sílabas silenciosas. -Déjame en paz -le dijo con bruscos modos-. No seas impertinente. Solita temblaba como un criminal arrepentido. Su impertinencia se le representaba en la imaginación cual horrendo delito. Después de meditar breve rato, creyó que el mejor medio para lavar su falta era pronunciar algunas palabras que destruyeran el...

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