El gran simpático: 05

Capítulo V 05 Pág. 05 de 10 El gran simpático Felipe Trigo -¡Contra! ¡Mirad!... ¡Un triunfo en la Zarzuela, de Alfredo Gil! -comentó Peña, el farmacéutico, en la reunión de La Concordia. Se leyó. Le dedicaban los diarios sendas columnas. Nada de cine esta vez; y ovación, música de Vives, deorado de Blancas y Muriel... Obra ¡que le daría al autor dinero y nombre! Gabriel palidecía. Él, en cambio, estaba fracasado como médico desde aquel último desastre con la pastorcita dichosa..., que ya tenía, lo mismo que la Doria, su chico en brazos. Apenas le quedaban, y por puro compromiso, veinte igualas. Ni el recuerdo de su público y reciente y fugaz triunfo de amor con la maestrita, servía sino para desazonarle de sí mismo.. No obstante, al terminar de leer las reseñas de incondicional aplauso en los periódicos, él protegió con su sonrisa «al pobre Alfredo». E inmediatamente, desilusionado de la política sin corazón, y de la Medicina sin...

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