El gran simpático: 02

Capítulo II 02 Pág. 02 de 10 El gran simpático Felipe Trigo Para el convite se habían habilitado el largo salón de bajo techo, pintado al temple, tiempo atrás, por Gabriel, y el gabinete del otro lado del pasillo. Mas era tal la concurrencia, que había gente también por la cocina, por la escalera, por las salas altas, donde quedaba un rato suspenso el baile. A lo largo de las mesas no cabían, atestadas, sino las muchachas y las mamás, con tal cual mancebo predilecto -teniendo los demás que resignarse a mirar y comer dulces y esperar las botellas de jerez en ambulantes grupos por las puertas. Felices, de entre estos del pasillo, los que lograban sacar una bandeja en triunfo. Algunos obsequiaban a las criaditas, borrachos ya..., no muy quietas las manos, por supuesto. Dentro, estallaban las risas con algo de más compostura, aunque con el mismo cosquilleo sensual de locos regocijos, por el inevitable apretamiento que imponía, entre las bellas señoritas, ya...

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