El final de Norma: Tercera parte: Capítulo II

El final de Norma Capítulo II de Pedro Antonio de Alarcón Así viví hasta los veinte años. Esta Naturaleza pálida y enfermiza hablaba ya dulcemente a mi corazón, y, al llegar el verano, me complacía en subir a la plataforma del castillo a contemplar los grandes fenómenos polares... El valle de Silly despertaba de su letargo; el torrente volvía a mugir; el Océano suspiraba de nuevo al pie de la fortaleza; los ánades revolaban sobre los lagos; los rengíferos pastaban en los abismos, y los árboles ofrecían al cansado cuervo una rama nueva en que posar su pie... Incesantemente se deslizaban por el Océano, viniendo del Norte, enormes témpanos de hielo, que pasaban ante el castillo como islas flotantes que huyeran de los rigores del Polo, o como los esqueletos de las embarcaciones que el mar había sepultado. Aquellos ejércitos de sombras, que provenían de los derretimientos del mar Glacial, se tropezaban en su errante camino, produciendo ruidos fragorosos; un...

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