El final de Norma: Segunda parte: Capítulo V

El final de Norma Capítulo V: En que Serafín oye muchas cosas importantes de Pedro Antonio de Alarcón Al atravesar la cubierta, el frío de la noche hizo volver en sí a nuestro infortunado músico. ¡Dejadme! -dijo, escapándose de las manos de sus conductores. Y se puso de pie. Los enanos, que lo vieron repuesto y firme, obedecieron a una seña que les hizo, y lo dejaron solo. Una gran reacción se había obrado en Serafín. La revelación de que iba al Polo, el letargo en que había estado sumergido y el viento que refrescaba su frente, habían vuelto alguna lucidez a sus ideas. Quiso pensar, y pensó; buscó su razón a través de su locura, y logró retener en su cabeza el juicio que se le iba. -¡Al Polo! -exclamó entonces- ¡Oh! ¡No, nunca! ¡Yo debo ir a Italia..., y quiero ir..., e iré a pesar de todo! ¡He ganado mil duros tocando el violín, los he ahorrado uno a uno con este objeto, y ahora salimos con que voy al Polo! ¡Maldición sobre el vino! Pero aún...

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