El final de Norma: Cuarta parte: Capítulo X

El final de Norma Capítulo X: En el que mueren dos personajes de esta novela de Pedro Antonio de Alarcón La ceremonia se suspendió nuevamente al sonar aquellos lamentos desesperados. Abriose la puerta, y apareció un criado. -Señora... -dijo-. Una loca muy anciana, que dice ser la jarlesa Alejandra de Cálix, quiere entrar. Todos lanzaron un grito al oír estas palabras. Rurico se levantó con el rostro descompuesto, la vista extraviada y las manos en la cabeza. Brunilda se volvió hacia su amante y le dijo con enajenamiento: -El cielo os depara el mejor testigo. Alberto y Serafín resplandecían de gozo. Gustavo y el sacerdote salieron precipitadamente. -¡Ahora sabremos la verdad! -dijeron los testigos. -¡Dejadme entrar! -repitió la loca, penetrando en la capilla entre los brazos de los ancianos que habían salido por ella. Era la recién llegada una mujer de sesenta años, alta, majestuosa, vestida de blanco, pálida y enjuta como un esqueleto. Sus negros ojos...

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