El doctor Centeno: 42

El doctor Centeno Tomo II de Benito Pérez Galdós Principio del fin : V Habiendo mejorado el tiempo, pudo al fin salir a la calle. La primera vez, apenas anduvo cien pisos, tuvo que volverse a casa; pero su fuerza de voluntad y el anhelo de callejear pudieron más que su quebranto, y en los días siguientes tornó a salir y estuvo en el café. Era su aspecto como el de un muerto. Cuantos lo veían, o manifestaban el mayor asombro o tenían que hacer disimulos muy violentos de la mala impresión que les causaba el rostro amarillo, la afilada nariz, la fatigosa voz del pobre estudiante. Este, siempre optimista y engañándose a sí mismo, se anticipaba a las observaciones de los que le compadecían, diciéndoles: «Si no estoy ya tan malo como crees... Es porque me ves el primer día que salgo a la calle; y la verdad... me he quedado en los huesos. Pero me voy reponiendo, y siento que mejoro rápidamente...». -¿Y dónde vives ahora? -Te diré.. No vayas a verme, porque...

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