El doctor Centeno: 26

El doctor Centeno Tomo I de Benito Pérez Galdós Quiromancia : VIII La casa del seis de copas estaba aún abierta. Adentro. Llamaron a la puerta de aquel templo de los misterios. La mente de Alejandro ardía con vagorosa luz, desparramada y flotante como la llama que baila sobre el alcohol. Sorprendida estaba doña Isabel de verse visitada por su sobrino a tan intempestiva hora, pues nunca la había visto en su casa de noche. También mostró la señora alguna extrañeza al ver a Felipe. -Es un chico que me acompaña y me hace recados -dijo Alejandro con voz trémula. Felipe se quedó en el recibimiento, sentado sobre un cajón, y al punto rodeáronle los gatos y el perrillo, con tantas pruebas de amistad que él les estaba muy agradecido. Doña Isabel entró con Alejandro en el gabinete de las cuatro cómodas, que estaba alumbrado por un candil de cuatro mecheros, de aquellos bien labrados y pesadísimos que van desapareciendo con la industria española. Lo primero que...

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