El Discreto:Realce 9

El Discreto - Realce IX de Baltasar Gracián No estar siempre de burlas Sátira Es muy seria la prudencia, y la gravedad concilia veneración; de dos extremos, más seguro es el genio majestuoso. El que siempre está de burlas nunca es hombre de veras, y hay algunos que siempre lo están; tiénenlo por ventaja de discreción y lo afectan,[1] que no hay monstruosidad sin padrino; pero no hay mayor desaire que el continuo donaire. Su rato han de tener las burlas, todos los demás las veras. El mismo nombre de «sales» está avisando cómo se han de usar. Hase de hacer distinción de tiempos, y mucho más de personas. El burlarse con otro es tratarle de inferior, y a lo más, de igual, pues se le aja el decoro y se le niega la veneración. Estos tales nunca se sabe cuándo hablan de veras, y así los igualamos con los mentirosos, no dándoles crédito a los unos por recelo de mentira, y a los otros de burla. Nunca hablan en juicio, que es tanto como no tenerle, y más...

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